INFORME: Venezuela, dos décadas de desastres ecológicos
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El desastre ambiental que se ejecuta desde Venezuela es una consecuencia de la crisis humanitaria, social, económica y política que se vive en la nación sudamericana que un día fue ejemplo para la región en cuanto a protección ambiental.
Redacción | Primer Informe
Venezuela vive en la actualidad una de las peores crisis que se han visto en la región en lo humanitario, en lo político y económico. A esto se le agrega también una crisis ambiental sin precedentes, plagada de desastres ecológicos de los que poco se habla en los foros internacionales.
Sin embargo, todas las crisis políticas, sociales y económicas también traen consecuencias de este tipo bien sea por la falta de intereses o por lo complejo de la situación.
Las preocupaciones más grandes que plantean los ambientalistas venezolanos están divididas en dos. La primera son los constantes derrames de la industria petrolera, con una infraestructura decadente como consecuencia de las malas políticas chavistas.
La segunda es la explotación ilegal de minerales en el sur de Venezuela, que además de los impactos ambientales, viene acompañada de gravísimos problemas sociales que también son consecuencia de la crisis política, económica y humanitaria que vive la nación.
Otra de las preocupaciones generadas por la misma crisis de la industria petrolera es la deforestación desmedida, incluso en áreas no preservadas, producto de la escasez de gas doméstico que aumenta la demanda de leña para cocinar.
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De ser la nación ejemplo ahora es el peor mal de la región
La situación que afronta Venezuela en la actualidad es un contraste que impacta a todo aquel que conoce la historia reciente de la nación sudamericana.
A finales del siglo XX, Venezuela era considerado un ejemplo a seguir entre las naciones amazónicas, habiendo establecido varias áreas de protección ambiental, como parques y reservas nacionales, que protegían casi el 70% del sur de Venezuela, un área de amplia biodiversidad y bosques inexplorados.
Durante los primeros años de gobierno del fallecido ex presidente Hugo Chávez, todo parecía que marcharía de esa misma forma, pero las acciones tomadas luego en su segundo mandato no coincidían con la retórica conservacionista del chavismo.
La falta de compromiso con el medio ambiente
Era tanta la dependencia económica de la explotación petrolera de Hugo Chávez que le llevaron a eludir sus compromisos ambientales, según un estudio del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS).
En 2011, el gobierno dejó de publicar datos importantes sobre el medio ambiente, como estadísticas sobre minería, pesca, calidad del agua, entre otros.
Cuando Nicolás Maduro llegó al poder y comenzó a agravarse el desmantelamiento de la industria petrolera nacional, la crisis ambiental comenzó a hacerse más evidente.
Las investigadoras del CSIS, Cristina Vollmer Burelli y Claudia Fernández hicieron un análisis de la situación que fue publicado a principios de abril de 2021.
En este trabajo señalan que “Maduro ha socavado las capacidades internacionales para regular y monitorear la deforestación, así como la extracción informal es cada vez más necesaria para muchos venezolanos que ahora dependen de la madera como el sustituto del gas para cocinar”.
PDVSA, la peor en desastres ecológicos
El ejemplo más llamativo de la crisis ambiental que vive Venezuela es la situación en el Lago de Maracaibo, en el estado Zulia.
Esta zona fue la que impulsó la producción de petróleo en el país y ahora es el mejor ejemplo del abandono chavista hacia el medio ambiente.
Las aguas del lago están cubiertas de petróleo que se escapa de los pozos desde hace años, sin ninguna medida de prevención de derrames por parte de la petrolera estatal PDVSA, señala la información del medio brasileño Gazeta do Povo.
Luis Florido un diputado a la legítima Asamblea Nacional venezolana fue a principios de año a uno de los sectores del lago y denunció que lo que allí ocurre es un “ecocidio”.
«Hay petróleo en las casas, en las calles, en el lago», informó. “Navegamos en el lago, vimos contaminación ambiental, destrucción de fuentes de petróleo, derrame de petróleo, una cosa triste”.
La situación también ha sido informada por la prensa local e internacional durante algunos años.
Pero en la actualidad no solo el estado Zulia es afectado con estos derrames. En los últimos diez años, se reportaron 46.000 derrames de petróleo y contaminantes en Venezuela.
La mayoría de estos derrames ocurren debido a la falta de mantenimiento en los campos de extracción de productos.
La minería ilegal y el oro de sangre al sur de Venezuela
Los ambientalistas locales vieron desde 2016 con la creación del Arco Minero del Orinoco, otro dolor de cabeza pues la minería ilegal, especialmente de oro, en el sur del país también es una preocupación latente.
Con el declive de la producción de petróleo en Venezuela ahora la alternativa para conseguir dinero es el oro. Por ello el régimen chavista ha permitido la minería ilegal en partes de la Amazonía venezolana, impulsando este flagelo en la región.
Al definir esta zona extractiva, Maduro manifestó que tenía como objetivo organizar la actividad minera y diversificar los ingresos del estado.
Sin embargo, en poco tiempo el Arco Mineiro se convirtió en un centro minero ilegal donde operan pandillas, guerrillas y grupos terroristas, lo cual ha aumentado dramáticamente violencia en la región .
Un informe de Human Rights Watch y su director para las Américas, José Manuel Vivanco señala que los venezolanos pobres fueron llevados a trabajar en la minería de oro debido a la crisis económica y la emergencia humanitaria.
Según Vivanco, estos venezolanos “se han convertido en víctimas de crímenes macabros cometidos por grupos armados que controlan las minas ilegales en el sur de Venezuela».
Un informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU de 2020, reconoció que la minería ilegal se viene practicando en Venezuela desde hace más de 20 años.
Sin embargo, el mismo informe advierte que desde el año 2011 fue cuando se comenzó a ver la presencia de actores criminales, después que Chávez puso fin a las concesiones mineras para empresas extranjeras.
Ya en el 2015 con el aumento del precio del oro todo la ilegalidad alrededor del Arco Minero aumentó. No hay control estatal sobre estas áreas dominadas por pandillas, que también han llevado la minería ilegal a parques nacionales y áreas forestales protegidas.
Una encuesta del gobierno de EEUU en 2019 señala que más de 2.800 kilómetros cuadrados de selva amazónica fueron talados en los años posteriores a la creación del Arco Minero del Orinoco.
Al menos el 50% de esa área estaba en «territorios protegidos». Otro grave riesgo para el medio ambiente es la contaminación del agua con mercurio, un metal muy utilizado en la minería, a pesar de estar prohibido, que se tira al suelo y acaba contaminando también los ríos.
“Los resultados fueron catastróficos para la región, así como para su gente y ecosistemas. Tendrá efectos trágicos y duraderos, quizás irreversibles, en Venezuela y más allá de sus fronteras ”, dice la ONG SOS Orinoco .
«El Arco Mineiro es la arrogante y desafiante manifestación pública de la voluntad de un estado fallido de sobrevivir a costa del saqueo del patrimonio de la nación venezolana», concluye SOS Orinoco.
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