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Las infrahumanas condiciones de trabajo de la minería ilegal en Venezuela

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Las infrahumanas condiciones de trabajo de la minería ilegal en Venezuela

Trabajo y prostitución infantil son parte de los problemas que se evidencian en el Arco Minero del Orinoco (AMO).

Redacción | Primer Informe

La crisis económica ha hecho desaparecer casi por completo el ingresos de la mayoría de los venezolanos. La desesperada situación convierte a la minera ilegal que se practica en el sur del país,  en una opción viable para intentar obtener mejores salarios.

Pero según el informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la situación en el Arco Minero no es en realidad mejor. Aunque los salarios sean en promedio más altos que en el resto del país, la mayoría de los mineros apenas tienen ingresos de subsistencia.  

Los mineros están constantemente expuestos al mercurio, elemento que tiene efectos devastadores sobre la salud. (Foto: Juan Barreto /AFP)

Esos trabajadores, sin ninguna experiencia en la minería, terminan sometidos a condiciones muy severas. Su integridad física se pone en riesgo y sufren maltratos y abusos de diferentes tipos.

Trabajadores sin derechos 

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Dentro del AMO, destaca el informe, la técnica de extracción más utilizada es la minería a cielo abierto que supone la excavación de grandes cráteres en la superficie terrestre. Los mineros han explicado que descienden sin ninguna protección, a veces incluso descalzos, para recoger rocas y subirlas en sacos.

La exposición constante al mercurio, anticipa que los que trabajan en las minas presentaran graves problemas de salud debido al contacto prolongado con ese elemento.

Los turnos son constantes, día y noche, de 12 horas cada uno y se trabaja en cuadrillas de 4 ó 5 mineros. Antiguos mineros contaron que los accidentes eran habituales y que, por ejemplo, habían presenciado deslizamientos de tierra que habían sepultado vivos a mineros.

La mayor parte del trabajo en el AMO es informal, y las personas que lo realizan no tienen contratos. En el informe se detalla un patrón de explotación laboral en cuyo marco los mineros se ven obligados a entregar un gran porcentaje del oro extraído a los diversos actores que controlan las minas.

En general, para poder trabajar en las minas se les exige que paguen entre el 10 y el 20% del mineral extraído a los grupos criminales o elementos armados. Otra parte, también del 15 al 30% va al propietario del molino donde se trituran las rocas para la extracción de oro.

Los grupos que controlan la minería por medio de la violencia imponen el precio a pagar que siempre está 25%  por debajo de los niveles internacionales.

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Además, los mineros tienen que pagar altos precios por la comida y el agua a los vendedores dentro de la zona, quienes a su vez tienen que pagar una tarifa a los grupos criminales o armados que controlan las minas.

La mayoría de los mineros vive en los márgenes de las zonas mineras, donde improvisan refugios con lonas de plástico y tablas de madera. En esos campamentos  no disponen de servicios de agua ni de instalaciones sanitarias, y no están conectados a la red eléctrica.

Prostitución y trabajo infantil

Los mineros no usan ningún equipo de protección personal durante sus largos turnos de trabajo. (Foto: Jorge Silva/Reuters)

Las mujeres se dedican a todo tipo de tareas relacionadas con la minería, incluso en
la extracción, y también trabajan como vendedoras informales. Muchas se trasladan a las minas para ocuparse como cocineras.

El informe también da cuenta del fuerte aumento desde 2016 de la prostitución, la explotación sexual y la trata en las zonas mineras, incluso de niñas.

La prostitución se organiza en los pueblos cercanos a la actividad minera o incluso en la proximidad de las minas, en establecimientos  construidos con tablones de madera, llamados «currutelas». Los propietarios de estos lugares también abonan una tarifa a los grupos criminales para poder organizar su actividad.

La imagen de niños y niñas de hasta siete años, a menudo no acompañados, es habitual y son blanco de diversos tipos de explotación. En las minas,  niños y niñas de tan solo nueve o diez años
también trabajan extrayendo oro.

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