Los secretos que podrían revelarse en los restos del globo espía de China
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El Pentágono espera que se recopile nueva información sobre las prácticas de vigilancia de China en la operación de rescate del globo que aviones de combate estadounidenses derribaron el fin de semana frente a la costa de Carolina.
Redacción | Primer Informe
El ejército estadounidense se embarcó el lunes en una misión submarina para recoger restos del globo espía chino derribado, que los funcionarios de la Administración Biden esperan que proporcione pistas sobre cómo el gobierno chino estaba llevando a cabo una operación de vigilancia de años de duración.
Los globos espía de gran altitud sobrevolaron brevemente el territorio continental de Estados Unidos al menos tres veces en los últimos seis años, pero pasaron desapercibidos hasta que el más reciente entró en el espacio aéreo estadounidense la semana pasada. «Les diré que no detectamos esas amenazas», declaró el lunes a la prensa el general Glen VanHerck, comandante del Mando Norte de Estados Unidos y del Mando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica (NORAD). «Y esa es una laguna de conocimiento del dominio que tenemos que resolver».
El Pentágono espera que se recopile nueva información sobre las prácticas de vigilancia de China en la operación de rescate del globo que aviones de combate estadounidenses derribaron el fin de semana frente a la costa de Carolina. Los militares han «recogido la mayor parte de esos restos» que flotan en la superficie del océano Atlántico, dijo VanHerck, añadiendo que los equipos de búsqueda de la Marina estadounidense se concentran ahora en una zona bajo el agua que se extiende 15 campos de fútbol por 15 campos de fútbol en busca de trozos del aparato de vigilancia que colgaba bajo el globo. El campo de escombros está disperso en menos de 15 metros de agua, pero las condiciones meteorológicas impidieron la recogida submarina hasta el lunes por la mañana.
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Ardua operación de recuperación
Alrededor de las 10 de la mañana del lunes, los marineros se dispusieron a desplegar drones submarinos que llevaban conjuntos de sonar de barrido lateral, diseñados para crear imágenes detalladas de lo que hay bajo el mar. Mientras tanto, el buque de investigación oceanográfica USS Pathfinder trabajaba para cartografiar la topografía del fondo marino con su equipo de sonar de alta potencia.
El aparato chino era enorme, así que hay mucho que buscar. Sólo el globo inflado medía 60 metros de altura, con una carga útil debajo comparable en tamaño a un «jet regional», explicó VanHerck. «Imagínate con grandes restos que pesan cientos, si no miles, de kilos cayendo del cielo».
La recuperación se complica por la posible presencia de materiales peligrosos en el globo, como materiales necesarios para baterías o posibles explosivos. El FBI está ayudando en la operación de salvamento «bajo las autoridades de contrainteligencia», dijo VanHerck.
El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo el lunes que los esfuerzos de recuperación tendrán como objetivo averiguar si China tenía capacidad de vigilancia a bordo del globo más allá de lo que Estados Unidos comprobó al observar su vuelo de cuatro días sobre el país. «El tiempo que tuvimos para estudiar este globo en el transcurso de unos días la semana pasada, creemos, fue importante y nos dará mucha más claridad no sólo sobre las capacidades que tienen estos globos, sino con lo que China está tratando de hacer con ellos», dijo a los periodistas.
No es el primer globo
Armado con la nueva inteligencia, Kirby dijo que la Administración Biden descubrió «al menos tres» ocasiones anteriores en las que globos de vigilancia chinos atravesaron el espacio aéreo estadounidense. Dos de esos sobrevuelos tuvieron lugar durante la Administración Trump, por lo que la Casa Blanca se está preparando para informar a funcionarios clave de Trump sobre los datos forenses.
Los vuelos anteriores fueron de menor duración, dijeron funcionarios estadounidenses. Pero el hecho de que un avión extranjero fuera capaz de penetrar en los sistemas de defensa estadounidenses es alarmante. Estados Unidos lleva décadas invirtiendo miles de millones de dólares en instalaciones de radar, constelaciones de satélites y otros sistemas de alcance mundial con el objetivo de detectar amenazas aéreas.
La forma en que un globo gigante evade esta red de arrastre se ha convertido en un tema político candente. «Esta Administración no sólo falló aquí; falló en prepararse después de la primera vez que esto ocurrió», dijo el domingo el representante Mike Turner de Ohio, presidente republicano del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, en NBC.
El globo chino sobrevoló las islas Aleutianas, cerca de Alaska, el 28 de enero, atravesó Canadá dos días después y, finalmente, entró en el territorio continental de Estados Unidos sobre Idaho el 31 de enero, según informaron las autoridades estadounidenses. Se convirtió en noticia nacional el 2 de febrero después de que los pilotos civiles se alarmaran por su presencia y el Pentágono admitiera que el supuesto globo espía estaba dentro del país.
Biden pidió al Pentágono que ideara opciones el día que entró en el norte de Estados Unidos, según declaró a la prensa un alto funcionario de Defensa. En un principio, los militares consideraron la posibilidad de derribar el globo el miércoles mientras sobrevolaba Montana. En este estado se encuentra la base aérea de Malmstrom, una de las tres bases que albergan campos de misiles balísticos intercontinentales con cabeza nuclear. Sin embargo, los mandos militares recomendaron no intentar el derribo por temor a que tal acto pudiera provocar la caída de escombros que pusieran en peligro a las personas en tierra, dijo el funcionario.
Mientras la aeronave serpenteaba sobre el centro de Estados Unidos, el gobierno chino confirmó que el globo era suyo, pero insistió en que se trataba simplemente de una «aeronave civil» utilizada para investigaciones meteorológicas que entró accidentalmente en el espacio aéreo estadounidense. La Casa Blanca rechazó esta versión, señalando que el globo tenía hélices y timones que le permitían acelerar, ralentizar, merodear y cambiar de dirección, aunque su maniobrabilidad se veía afectada por la corriente en chorro.
Por orden del Presidente, un caza furtivo F-22 voló el sábado a una altitud de unos 58.000 pies frente a la costa de Carolina del Sur y derribó el globo, que flotaba a menos de 10.000 pies de altura.
La Administración Biden ha insistido en que el globo no proporciona a China ninguna capacidad de vigilancia adicional a la de sus satélites espía que ya orbitan la Tierra. Si bien la capacidad del globo para permanecer sobre lugares específicos lo distingue de las naves espaciales, el ejército de EE.UU. dice que tomó todas las precauciones para garantizar que las instalaciones sensibles estuvieran protegidas contra los intentos chinos de recopilar información de inteligencia.
Por ahora, la Administración espera poder obtener nuevos datos sobre esta operación china de años de duración y descubrir qué secretos se perdieron -o cuáles podrían haberse perdido- obteniendo y analizando los restos actualmente esparcidos por las aguas poco profundas del Atlántico.
Información de TIME.
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