El día que el masajista de la primera dama colombiana dejó de ser gay
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Nerú, el coreógrafo, masajista y coach cercano a Verónica Alcócer y con contratos en el gobierno de Gustavo Petro, dijo que fue arrastrado por el Diablo en su «lucha» para tratar de salir de su «vida homosexual».
Redacción | Primer Informe
Fuertes críticas están bombardeando a la primera dama colombiana, Verónica Alcócer, después de que se hiciera viral en las redes sociales un video en el que ella estaría recibiendo un masaje en un espacio privado en Cartagena y, en el clímax del masaje, casi al final del video, comenta: «¿Sabes qué es lo peor?, que con marihuana es más rico». Mire el polémico video haciendo click aquí.
El otro protagonista del video, el masajista, es un polémico amigo de la esposa del presidente Gustavo Petro, quien se desempeña como coreógrafo y coach. Su nombre es Nerú y tras él existe toda una historia al menos particular.
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Adolfo Martínez Carrillo, mejor conocido como Nerú y muy cercano a Alcócer, también está señalado por recibir dos millonarios contratos para desarrollos de planes de salud física y mental por parte de la Presidencia de Colombia.
Con todo esto, al masajista también se le conoce en Colombia por haber dicho que una experiencia espiritual lo sacó de su «vida homosexual», como él mismo lo ha declarado públicamente.
En una publicación de RCN Radio, Nerú relata que «era un chico homosexual en esa época y vivía en un mundo de lujuria. Viví cosas amargas en mi vida homosexual, pero siempre sentía la esperanza de que algún día podía salir de esa vida porque en el fondo sentía que estaba haciendo mal para mí y para la sociedad”.
Según él mismo relató, un día se arrodilló en su casa para pedirle a Dios que lo sacara de esa vida. Inmediatamente comenzaron a ocurrir fenómenos paranormales y sobrenaturales dentro de su propia casa.
“Lleva en Espíritu Santo a mi casa y utiliza su poder para hacerme entender que Dios está ahí conmigo. Obviamente en esa experiencia también llega el enemigo (Diablo) y comienza a mover todas las cosas de mi casa, al punto que pensé que era un temblor”, sostuvo.
Después, «el enemigo», según Nerú, lo comenzó a arrastrar por toda la casa. “Dios estuvo ahí para acogerme y darme ese apoyo con su luz, pese a que me sentía impresionado con lo que me estaba pasando”. Desde ese día dejó de ser homosexual.
“Dejar de ser homosexual es tener una esperanza de poder y querer cambiar. Yo decidí después de 38 años en el homosexualismo parar y pensar qué estaba haciendo. Me di cuenta que no era lo mío y que no era lo que quería”, aseguró.
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