La desproporcionada condena que recibió un fotógrafo por la rebelión del 8 de enero en Brasil
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Fue condenado a 17 años, 15 años y seis meses de prisión y un año y seis meses de detención, así como a 100 días de multa. Cada día de multa equivalía a un tercio del salario mínimo.
Redacción | Primer Informe
El mensajero motorizado y fotógrafo Wellington Luiz Firmino, de Sorocaba, Sao Paulo, que se filmó en lo alto de la torre del Congreso Nacional el 8 de enero de 2023, durante las protestas que tomaron los edificios de los Tres Poderes, fue condenado a 17 años, 15 de prisión y dos de detención.
El juicio en el Supremo Tribunal Federal (STF) terminó en la noche del viernes 8 de marzo. Fue condenado por los delitos de abolición del Estado democrático, golpe de Estado, daños agravados, asociación criminal y daños al patrimonio protegido.
Durante su voto, el magistrado Alexandre de Moraes, ponente del STF para el caso, recordó varios videos y otros materiales adjuntos al caso que muestran los movimientos de Firmino.
Moraes afirmó que apoyó la iniciativa golpista que culminó en las acciones del 8 de enero, y que celebró la toma del edificio del Congreso Nacional. Sobre este punto, el relator afirmó que «aunque la defensa afirme que el acusado entró en el Congreso Nacional para hacer turismo, lo que se observa es que el acusado adoptó una intensa postura de celebración por la ‘toma’ del edificio».
Fue condenado a 17 años, 15 años y seis meses de prisión y un año y seis meses de detención, así como a 100 días de multa. Cada día de multa equivalía a un tercio del salario mínimo.
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En su alegato oral, el abogado de Firmino, Gabriel Huberman Tyles, pidió la anulación de la acción, desde el momento en que se recibió la denuncia, por «ausencia de justa causa» y falta de pruebas. Al pedir la absolución, negó cualquier golpe de Estado o abolición violenta del Estado democrático de derecho.
Wellington fue detenido el 8 de enero y su nombre fue publicado en la lista de presos de la Secretaría de Administración Penitenciaria del Distrito Federal.
En noviembre, Alexandre de Moraes concedió a Wellington la libertad provisional, pero ordenó medidas restrictivas, como el uso de una tobillera electrónica.
El motorizado dijo que era inocente y que su único delito era tener una opinión.
«Llevo trabajando desde los 12 años, soy un creador de empleo y no un delincuente. Según las leyes que se me aplican, un traficante de drogas o un asesino tienen más derechos que yo. Soy inocente, sólo ejercí mi derecho a izar la bandera de mi país en el punto más alto de Brasilia, con pleno permiso de las autoridades que estaban allí. No rompí nada, al contrario, filmé a los que estaban dañando la propiedad pública. El Tribunal Supremo me condenó por razones sin pruebas, con un sesgo político».
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