Violencia y ventajismo marcan la farsa electoral Nicolás Maduro
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Grupos armados pro maduristas imprimieron la acostumbrada violencia a la jornada, especialmente en el estado Zulia, donde el chavismo perdió, y donde murió un hombre y dos personas resultaron heridas.
Redacción | Primer Informe
El régimen de Nicolás Maduro llevó a cabo unos criticados comicios regionales que volvieron a confirmar la farsa electoral con la que el chavismo ha justificado su permanencia en el poder durante los últimos años.
La dictadura «ganó» 20 de las 23 gobernaciones, incluyendo la Alcaldía de Caracas, sin embargo al momento en el que se redacta este informe, uno de los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), dijo que la historia no está escrita aún en dos estados.
Pero lo cierto es que en este proceso, la oposición perdió estados importantes que controlaba desde 2017, como el fronterizo estado Táchira. Sin embargo se alzó con la victoria en el otro estado fronterizo del Zulia, un bastión importante.
La Mesa de la Unidad, el conglomerado de partidos de oposición, logró mantener el estado Nueva Esparta, y se hizo con el estado Cojedes. Sin embargo, la farsa electoral estuvo clara desde que Maduro llamó a elecciones, renovando a su CNE e inhabilitando a más de 30 opositores y quitar el nombre y los símbolos de los principales partidos políticos, incluyendo algunos que fueron aliados en otrora del chavismo.
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Ventajismo y violencia chavista
Entre trampas chavistas, irregularidades del ente electoral y agresiones de personas armadas, transcurrió el proceso. Esto viene siendo repetitivo en los últimos procesos de votación en Venezuela, que hacen que se consideren una farsa electoral.
En el estado Zulia se registraron fuertes agresiones. Allí un hombre falleció y dos personas resultaron heridas después de que colectivos chavistas dispararan desde camionetas. En la misma entidad se vieron más casos de violencia cuando otras personas fueron golpeadas. También un diputado del Consejo Legislativo fue agredido con brutalidad por chavistas armados que asaltaron un comando de campaña opositor en la entidad.
En los estados Carabobo y Lara, también hubo denuncias de ataques por parte de sujetos no identificados. En el estado Miranda, una entidad vecina de la capital, los retrasos para la apertura de centros electorales fue parte de la farsa electoral. Allí prohibieron la entrada a varios testigos de mesa y miembros de partidos opositores.
Tanto en Caracas como en Miranda, los votantes tuvieron inconvenientes con las máquinas de votación y su elección. Además muchos colegios electorales no cerraron a las 6 de la tarde, como lo dictaba la norma.
La candidata chavista que ganó en Caracas, la funcionaria Carmen Meléndez incluso aceptó las irregularidades. Después de votar, la candidata dijo que «en Caracas casi estamos al 100%, digo casi porque tenemos unas fallas en unas mesas que no se han instalado».
Pero incluso, el candidato de la opción opositora para el estado Miranda, denunció que no pudo votar. David Uzcátegui declaró a las afueras del centro de votación que «tengo una hora, lamentablemente la máquina se trabó». El político dijo que la situación ocurrió «solamente en la mesa donde voto yo, justamente cuando iba a pasar, se trabó la máquina».
Abstención significativa
Este evento también mostró sus visos de farsa electoral, con una de las menores cifras de participación desde que se tienen registros. Del primer boletín que presentó el CNE se extrajo que la abstención estuvo en un 58,2%. El dato convirtió a este proceso en el de mayor ausentismo de votantes en los últimos años.
El último proceso electoral para escoger gobernadores y alcaldes realizado en el 2008, registró una abstención del 34,55%.
Por otro lado, el rector Roberto Picón, quien era una de las bazas de la oposición en un altamente sesgado CNE, advirtió, la mañana de este lunes que los resultados no son definitivos aún en Apure y Barinas. En esas entidades aún faltaba un 10% de los votos por escrutar ante una diferencia mínima.
«En el estado Barinas, el porcentaje de transmisión está alrededor del 90,9%, de manera que con el 10% de los votos pendientes de escrutar y una diferencia de menos de 600 votos, es posible que el resultado cambie», dijo en una entrevista radial con la emisora Circuito Onda.
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