La millonaria colección de arte que adquirió el primo del zar petrolero de Hugo Chávez con fondos robados a Pdvsa
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El cerebro que saqueó la petrolera estatal venezolana usó 18 millones de dólares de sus fondos robados para comprar arte. En su colección resaltan los nombres de Arturo Michelena, Armando Reverón, Federico Brand, Tito Salas, Jesús Soto, entre otros.
Redacción | EL PAÍS
El Descenso es una pintura de 1897 del maestro realista venezolano Arturo Michelena. Considerada una de las figuras artísticas más destacadas de América Latina del siglo XIX, Michelena –cuya obra es famosa por batir récords en las subastas de Sotheby’s en Nueva York– es también la favorita del empresario venezolano Diego Salazar. Esta oscura figura es supuestamente uno de los cerebros detrás de una red de unos 30 ex altos chavistas, vinculados a los gobiernos de Hugo Chávez (1999-2013) y Nicolás Maduro (2013-presente). Este grupo saqueó más de 2 mil millones de dólares de la compañía petrolera estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA).
Junto a El Descenso –valorada en 935.000 dólares en 2008– Salazar poseía un total de 19 obras de Michelena. En total, su colección personal de arte aumentó a 67 piezas de reconocidos creadores venezolanos. Artistas como Armando Reverón, Federico Brandt, Antonio Herrera Toro, Tito Salas, César Rengifo, Jesús Soto y Manuel Cabré conforman el botín artístico del empresario.
En 2008, el valor de mercado de esta colección ascendió a 18 millones de dólares, según un informe confidencial al que ha tenido acceso EL PAÍS. La Unidad de Inteligencia Financiera de Andorra (Uifand) -el organismo del pequeño país pirenaico que investiga a Salazar por blanqueo de capitales- afirmó esta cifra en un documento de noviembre de 2022.
Primo de Rafael Ramírez –ex ministro de Petróleo de Venezuela, presidente de PDVSA y embajador de Venezuela ante la ONU–, Salazar acumuló su tesoro entre 2008 y 2009, cuando supuestamente dirigía la red de malversación de fondos. También actuó como uno de los líderes de un grupo que ganaba dinero cobrando sobornos de empresas –en su mayoría chinas– a las que luego el régimen venezolano les adjudicó contratos energéticos. Los ex viceministros chavistas de Energía –Nervis Villalobos y Javier Alvarado– formaban parte de este grupo.
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La selección de Salazar de Michelena (1863-1898) incluye piezas realistas como Las niñas Lola y María Isabel Herrera (valorada en 782.000 dólares), Los morochos Aguerrevere Herrera ($750.000), Purgatorio ($747.500), La pica ($632.500), La muerte de la naturaleza ($580.000), Juventud y vejez ($330.000), 19 de abril ($402.500), Retrato de mujer con palomas ($368.000), Retrato de mujer ($258.750), Jesús en el huerto ($280.000), Bautismo ($253.000) y Retrato de María Ibarra de Matos ($250.000).
En 2008, la galería de arte personal de uno de los autores intelectuales del saqueo de PDVSA también contenía 11 piezas de Armando Reverón (1889-1954), referente de las artes plásticas latinoamericanas del siglo XX. Lo apodaron “El loco de Macuto” por haber vivido y trabajado aislado en una cabaña en un pequeño pueblo de la costa venezolana.
El cuadro de Reverón Las Tres Gracias, de 1945 es la joya de la colección de Salazar. Tiene un valor de 1,3 millones de dólares, según una tasación de 2008 de la Galería de Arte Muci de Caracas, mencionada en el informe presentado por los investigadores de la policía andorrana.
La colección propiedad del primo de Rafael Ramírez también incluye obras como Reverón Úveros azules (valorada en $825.000), Corporación del Puerto de La Guaira ($724.500), Mujer sentada ($661.250), Desnudo ($550.000), Cocoteros ($550.000), Muelle con grúa ($517.500) y Tres figuras con niño ($460.000). Federico Brandt, un artista nacido en Caracas que estudió en Alemania, también es una presencia notable en la galería de arte del saqueador. Algunas de sus obras adquiridas con ganancias ilícitas incluyen Retrato de Bolívar (valorado en 270.250 dólares) de 1906, junto con Frutas (74.750 dólares) y Flores (65.000 dólares).
Un tesoro pictórico
En la colección del blanqueador también hay hueco para el clásico Antonio Herrera Toro. Su Boceto para la resurrección de Jesucristo de 1895 (tasado por la Galería Muci en 180.000 dólares) y su Retrato de una niña de 1898 (120.000 dólares) -junto con su menos conocido Tríptico de Adán o Eva en el paraíso (80.000 dólares)- son algunos de los piezas que estuvieron en manos de Salazar en el año 2008. Toro se destacó por retratar la sociedad caraqueña y cultivar temas y paisajes históricos en su obra.
Otro artista que abordó temas similares es Tito Salas, creador que inmortalizó pasajes icónicos de la historia venezolana. Dos de sus cuadros –Retrato ecuestre del general Juan Vicente Gómez (valorado en 437.000 dólares) y Madre e hija (189.750 dólares)– formaban parte de la colección del chavista. Salazar también compró obras del pintor y dramaturgo realista César Rengifo, retratista social de la lucha de clases, cuyos cuadros Raíz, Paisaje y El Creador II están valorados entre 25.000 y 75.000 dólares cada uno.
Salazar también se hizo con ocho piezas de Mateo Manaure –valoradas en un total de 161.100 dólares– y obras de Jesús Soto –Varillas negras y moradas (1975), valorada en 385.250 dólares– y de Manuel Cabré, entre ellas El Ávila de San José (1941), valorado en 180.000 dólares. La colección se completa con la producción de pintores venezolanos como Rafael Monasterios – El paisaje lagunar de Catia, valorado en 35.000 dólares – Héctor Poleo – Bolívar, valorado en 60.000 dólares – y Juan Vicente Fabbiani. Salazar compró tres pinturas de Fabbiani, cada una con un valor de al menos 60.000 dólares.
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