Podemos se desintegra tras el estrepitoso fracaso de Pablo Iglesias
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Las acusaciones de corrupción y las contradicciones de aliarse a parte del poder político tradicional de España separaron de forma irreconciliable al partido de la sociedad española.
Redacción | Primer Informe
El partido de extrema izquierda Podemos, abanderados del chavismo español, no se recupera de la crisis interna que vive desde que llegó al gobierno aliado del socialista Pedro Sánchez.
Tras la salida de Tania González de la agrupación, no queda nadie del núcleo original de fundadores que proponía cambiar a España teniendo a Hugo Chávez como modelo. El financiamiento del régimen de Caracas fue siempre un gran problema para la imagen del grupo.
Ahora, González, quien era concejal de la localidad asturiana de Avilés, renunció a su cargo y abandonó la dirección del partido en su pueblo. Lo que queda de Podemos se refugia en Yolanda Díaz, segunda vicepresidenta del Gobierno quien a la vez intenta desligarse de ese partido. El nombre de Podemos es un lastre indeseado para los políticos españoles.
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El primero en experimentarlo fue el principal responsable del auge y decadencia del partido fue Pablo Iglesias luego de abandonar la vicepresidencia que hoy ocupa Yolanda Díaz. Después intentó ganarle Madrid a Díaz Ayuso y sufrió una derrota catastrófica que lo envío a un retiro para reinventar su imagen. Volvió de ese proceso con el pelo corto y un nuevo programa de televisión e intentando recuperar su viejos privilegios.
Un análisis del medio español Vozpópuli escrito por el periodista Javier Portillo, apunta a que Podemos se convirtió en la misma clase dirigente a la que quería destruir. Un partido, nacido del descontento contra el sistema, se convirtió en la peor versión del sistema.
Podemos fuera de contexto
Los fundadores saben que su momento pasó. Y que el descontento sobre el que construyeron la marca Podemos quedó atrás. Tania González, la última fundadora en renunciar, escribió en su carta de despedida que la agrupación debía «aprender de los errores del pasado» y «huir del protagonismo de las siglas».
A las contradicciones internas de Podemos con su electorado se suman los enfrentamientos con otras fuerzas de la izquierda. Algo que ha sido notable en medio de los preparativos para las elecciones de la Comunidad Autonómica de Andalucía.
«…los resultados no pueden ser peores, porque se está librando una lucha descarnada por cuotas y puestos, aunque el gran escollo es el cabeza de cartel», afirma el análisis publicado en Vozpópuli.
Cada partido intenta poner a sus propias fichas, entre ellos Íñigo Errejón, quien según algunos miembros de Podemos, está alejando la posibilidad de integrarse con sus excolegas en contra del criterio de Esperanza Gómez, la líder de Más País Andalucía.
Muchas expectativas y pocos resultados
Según el análisis, Podemos ha frustrado sus expectativas. «Lo que hizo fuerte al partido hace ocho años fue crear un mar de expectativas de cambio político que se fueron erosionando a base de purgas, como la de Errejón y Carolina Bescansa. El otro gran fracaso fueron las convergencias territoriales».
Podemos carece de implantación territorial. El partido, según los críticos, quiere controlar el proceso de integración con Yolanda Díaz. Pero no quiere que haya acuerdos con Díaz que no sean controlados por la dirección.
Vozpópuli cita fuentes internas de Podemos que afirman que «no hay una línea política clara de la dirección a la militancia para que empiece a trabajar en favor de la plataforma de [la vicepresidenta segunda] Yolanda Díaz». Todavía falta mucho por dilucidarse de la desintegración de Podemos.
Con información de Vozpópuli.
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