[jp_post_view] 
La nueva víctima de la dictadura sandinista presidió una misa con motivo del noventa y nueve aniversario de la Diócesis de Matagalpa, asegurando que la Iglesia católica nicaragüense no se olvidará del obispo Rolando Álvarez , condenado a 26 años por Ortega.
Redacción | Primer Informe
La dictadura comunista sandinista de Nicaragua detuvo esta semana a monseñor Isidro del Carmen Mora Ortega, obispo de la diócesis de Siuna, poco después de presidir una misa en la que rezó por el obispo encarcelado, monseñor Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión por “traición”.
Álvarez es el obispo de la Diócesis de Matagalpa. Dada su condición de preso político, Mora presidió este martes una misa con motivo del noventa y nueve aniversario de la Diócesis de Matagalpa, asegurando que la Iglesia católica nicaragüense no se olvidará de Álvarez y orando por su seguridad y libertad.
LEA TAMBIÉN: Régimen sandinista aplasta las festividades de la Virgen María en Nicaragua
El dictador comunista nicaragüense Daniel Ortega ha estado en guerra con la Iglesia católica desde 2018, cuando estallaron en el país una serie de protestas anticomunistas, muchas de ellas encabezadas por estudiantes. Los líderes de la iglesia se opusieron abiertamente a la brutalidad de Ortega al reprimir las protestas pacíficas y ofrecieron a los estudiantes refugio de la violencia estatal. En ese año surgieron numerosas pruebas de que matones del régimen de Ortega torturaron a manifestantes, incluidos ciudadanos estadounidenses, y mataron a más de 300 personas para silenciar el sentimiento anticomunista.
En 2022, Ortega declaró explícitamente la “guerra” al Vaticano. Se ha referido específicamente a los obispos como “terroristas” que buscan derrocar su régimen comunista.
“Un golpe de Estado, una institución como la Iglesia Católica, utilizando a sus obispos aquí en Nicaragua para dar un golpe de Estado. ¿Desde cuándo los sacerdotes están dispuestos a dar un golpe de estado? ¿Y desde cuándo tienen autoridad para hablar de democracia?”, dijo Ortega. “¿Quién elige a los sacerdotes, a los obispos, al Papa, a los cardenales? ¿Cuantos votos? ¿Quién se los da?».
Desde entonces, Ortega ha convertido al Estado en un arma contra la Iglesia católica, ordenando arrestos generalizados de sacerdotes y laicos y amenazando a los católicos con impedirles organizar eventos religiosos públicos. También prohibió a la orden de los jesuitas operar en Nicaragua y confiscó activos críticos de la Iglesia, incluidas cuentas bancarias congeladas. Los laicos católicos han acusado al régimen de enviar agentes de policía para intimidar a los líderes comunitarios para que no organicen eventos religiosos públicos, incluidas las antiguas tradiciones nicaragüenses de adorar a la Virgen María y otras figuras cristianas clave.
