Rusia: el titiritero que mueve los hilos en Venezuela

Más allá del control económico que pueda tener el Kremlin sobre el régimen chavista, existe un interés geopolítico que se ha transformado en la mayor ganancia de Putin.
(Primer Informe)
La relación entre Rusia y Venezuela se ha vuelto más estrecha en los últimos años. De hecho, el Kremlin es uno de los principales aliados comerciales y políticos del régimen de Nicolás Maduro.
Detrás de sus lazos se han generado diferentes análisis que apuntan a que el país presidido por Vladimir Putin va detrás de las grandes riquezas que aún posee la nación latinoamericana, aun cuando en su mayoría han sido desangradas por la mala administración del chavismo.
Sin embargo, en un análisis realizado por los politólogos Juan Carlos Hidalgo y Alejandro Cardozo Uzcátegui, se habla de un interés que muchos han subestimado, la geopolítica.
“Putin respalda a un dictador que comparte su talante antiestadounidense para obtener ciertos beneficios más fácilmente, pero más por razones geoestratégicas que económicas. No estoy diciendo que Rusia no tenga intereses económicos en Venezuela; claro que los tiene”, asegura Hidalgo.
La relación Rusia-Venezuela llevó a la nación latinoamericana a servirle a la empresa petrolera CITGO en bandeja de plata. El Kremlin posee el 49% de las acciones y de no haberse cancelado los bonos 2020, podía haberla adquirido en su totalidad, pero a precio de gallina flaca.
Sin embargo, más importante le resulta a Putin llevarle la contraria a Estados Unidos, que hacerse a largo plazo con las riquezas de Venezuela. En el país latinoamericano no existe seguridad financiera, por lo que la motivación económica a cambio de respaldo político no resulta la más acertada.
“Desde una lógica Posguerra Fría, Putin plantea una doctrina híbrida entre Nikita Jrushchov y Leonid Brézhnev, de realismo dentro de la geopolítica clásica de distensión y de pragmatismo, junto con ámbitos de influencia y oportunidades para la expansión y la rusificación. Por su parte, la Venezuela chavista acepta de buen agrado su papel en ese juego, que contribuye a sostener al régimen frente a las presiones de Occidente y Latinoamérica”, agrega el informe.
La corrupción es la amalgama que une a Rusia y Venezuela
Además, de la geopolítica y la economía existe un tercer factor determinante para la relación entre ambas naciones, la corrupción, la cual ha funcionado como una amalgama para unirlas.
La cooperación energética, el apoyo en las fuerzas militares, la corrupción y la jugada en el tablero geopolítico han hecho de la relación entre ambos países una de las más sólidas e importantes para el Kremlin. ”Rusia se está quedando con la mejor parte, mientras que el régimen venezolano sacrifica su industria, sus recursos naturales y a su población a cambio de sobrevivir”.
Además, ambos países poseen una estrecha colaboración en las artes militares e incluso en la fabricación de armas. Se prevé que en 2019 Venezuela comience a fabricar el famoso fúsil ruso Aka-103.
“Se trata de una compleja telaraña de corrupción, influencias y simulaciones que fortalece el enclave ruso en la región mientras oxigena al régimen de Maduro”, explican los expertos.
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