INFORME: El impacto que tendrá en Florida la última gran oleada de migrantes cubanos
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Un éxodo de más de 220.000 cubanos ha atravesado la frontera entre Estados Unidos y México en el último año fiscal. Más de 6.000 más fueron interceptados en el mar en 2021.
Redacción | NBC News
En los últimos meses, Máximo A. ha estado trabajando por teléfono y hablando con sus conocidos para ayudar a siete familiares recién llegados de Cuba a encontrar trabajo en una nueva ciudad y un nuevo país.
Todos ellos tomaron la ruta más popular desde que Nicaragua, aliada de Cuba, eliminó la obligación de visado para los cubanos hace un año: volar al país centroamericano y luego dirigirse a la frontera entre Estados Unidos y México.
Máximo -cuyo apellido se mantiene en reserva por temor a la seguridad de su familia-, junto con otros parientes de Miami, ayudó económicamente a la mayoría de los cubanos recién llegados, desde la compra de los billetes a Nicaragua, que cuestan unos 3.500 dólares, hasta el pago a coyotes para que los llevaran en diferentes tramos del viaje, incluido el paso por Guatemala.
«Cuando los empleados de la agencia guatemalteca oyeron mi acento cubano, supieron que estaba allí para enviar dinero a un coyote, como tantos otros», dijo. «¿Por qué si no iba un cubano a enviar dinero a Guatemala?».
Los familiares de Máximo forman parte de un éxodo de más de 220.000 cubanos que han llegado a través de la frontera entre Estados Unidos y México en el último año fiscal. Muchos huyen de la escasez de alimentos, medicinas y electricidad, así como del temor a ser detenidos por manifestarse en contra del gobierno.
La escala de la migración es mayor que cualquier otra desde la isla y muchos más corren hacia la frontera entre EE.UU. y México, mientras se arremolinan los rumores de que el gobierno de Biden está haciendo planes para reducir drásticamente el número de migrantes que califican para el asilo, incluso para los cubanos.
«La magnitud del flujo no tiene precedentes», afirmó Jorge Duany, director del Instituto de Investigación sobre Cuba de la Universidad Internacional de Florida.
Más de 6.000 migrantes cubanos fueron interceptados en el mar en 2021 cuando intentaban cruzar el estrecho de Florida en embarcaciones improvisadas. La mayoría son repatriados a Cuba.
Casi 29.000 cubanos fueron detenidos en la frontera entre Estados Unidos y México en octubre, último mes del que se dispone de cifras. Y desde octubre, 2.982 cubanos han sido interceptados en el mar.
Incluso sumando las cifras de las dos mayores oleadas migratorias cubanas -el éxodo del Mariel en 1980 y la crisis de los balseros en la década de 1990- se quedan cortas en comparación con la oleada actual.
La enorme afluencia de emigrantes procedentes de la isla comunista, muchos de los cuales se están asentando en Miami -sede de la mayor diáspora cubanoamericana-, está insuflando nueva vida a una comunidad que ya ha venido experimentando el paso de las antiguas generaciones de cubanos que llegaron a la ciudad en la década de 1960, después de que Fidel Castro tomara el poder en Cuba.
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No pensé que sería tan difícil
Los retos no terminan cuando los cubanos llegan a Miami. Muchos luchan por encontrar trabajo y vivienda en una ciudad ya saturada de recién llegados de Cuba y otros países. Están navegando por el complejo mundo del asilo, ya que las autoridades han puesto obstáculos a lo que solía ser un camino relativamente fácil para convertirse en residentes estadounidenses.
Las autoridades locales ya estaban preocupadas por el aumento de los precios de los alquileres en la zona, un problema que lleva años gestándose.
Los inmigrantes recientes se han alojado en casa de familiares hasta que han podido encontrar trabajo y una habitación o eficiencia para alquilar.
«He oído de todo, desde gente de veintitantos años viviendo en una casa, hasta familiares que los tienen en casa por tiempo ilimitado», dijo Oasis Peña, que trabaja con diferentes organizaciones que ayudan y asesoran a las familias recién llegadas sobre los recursos disponibles.
Peña explicó que los recién llegados dependen de una red clandestina en la que encuentran lugares asequibles para alquilar y trabajos «por la izquierda», lo que se traduce vagamente como conseguir trabajo a través de canales clandestinos o trabajos paralelos, en los que no necesitan una autorización formal de trabajo. Muchos encuentran trabajo en la construcción, la agricultura o la limpieza.
Aun así, no es fácil encontrar trabajo. Domingo García, de 57 años, llegó hace un año. Dice que ha solicitado autorización de trabajo dos veces y no la ha recibido. Ha recurrido a salir cada mañana, llamar a las puertas de los negocios y preguntar si quieren que les limpie los cristales por la cantidad que quieran pagarle.
«No creía que fuera tan difícil», dice Domingo. «Pero prefiero dormir en la calle que volver a Cuba».
Es básicamente un caos
A diferencia de otros inmigrantes, la mayoría de los cubanos han tenido un camino relativamente fácil hacia la residencia en EE.UU. a través de la Ley de Ajuste Cubano (CAA), la ley de 1962 que permitió a la mayoría de los cubanos admitidos y a los que se les concedió la libertad condicional de inmigración solicitar la residencia después de un año y un día en EE.UU..
A diferencia de lo que ocurría en el pasado, la mayoría de los cubanos no están recibiendo la libertad condicional y la mayoría se enfrentan ahora a difíciles casos de asilo. La amplia gama de documentos que tienen que tramitar complica el camino hacia la residencia a través de la CAA.
«Es básicamente un caos», dijo Ángel Leal, un abogado de inmigración en Miami con un gran volumen de clientes cubanos.
Uno de los documentos que muchos cubanos están recibiendo se llama I-220A, también conocido como una «Orden de Libertad bajo Reconocimiento.» Leal y otros abogados están argumentando en casos judiciales que el I-220A debe ser considerado como una libertad condicional. Aunque algunos cubanos han podido ajustar su estatus con este documento, no es definitivo que todos puedan hacerlo en el futuro. Está siendo revisado por la Junta de Apelaciones de Inmigración.
«Lo más frustrante es que muchos de estos inmigrantes son liberados en el país con algún tipo de documento a la espera de los procedimientos judiciales de inmigración. Mientras tanto, no tienen derecho a documentos de autorización de empleo», dijo Leal. «Además, sus procedimientos judiciales de inmigración a veces nunca comienzan o están programados para 2024 o 2025».
Dijo que hasta que llegan al punto de tener un caso de asilo pendiente durante 150 días, o una solicitud de residencia en el caso de la CAA, no son elegibles para la autorización de trabajo.
No había nada que comer
La actual ola de migración cubana era inimaginable hace ocho años, cuando el expresidente Barack Obama anunció que Estados Unidos y Cuba restablecerían los lazos diplomáticos, un momento en el que muchos pensaron que unas mejores relaciones y más viajes traerían mejores condiciones económicas.
Pero 60 años de una economía de planificación centralizada al estilo soviético, junto con el endurecimiento de las sanciones estadounidenses que comenzaron bajo el mandato del expresidente Donald Trump y los efectos de la pandemia han dejado a los cubanos con escasez de alimentos, medicinas y energía. Una fuerte represión de las protestas antigubernamentales en toda la isla en julio de 2021 y manifestaciones posteriores más pequeñas han dejado a muchos en la isla comunista sin esperanza de cambio.
«La composición socioeconómica, por lo que puedo decir, es una muestra representativa de la sociedad cubana en términos de su educación y estatus ocupacional», dijo Duany de los migrantes actuales. «Todavía tenemos una idea bastante clara de que proceden mayoritariamente de las ciudades».
A largo plazo, la histórica oleada de emigrantes tendrá un impacto significativo en la política local y nacional.
Los recién llegados están enfadados por la situación que soportaron en Cuba y muchos dicen que el gobierno cubano tiene la culpa por no haber hecho lo suficiente para reformar la economía. Muchos dejaron atrás a familiares cercanos, como padres y hermanos, a los que pronto intentarán mantener con las remesas que envían.
Gladys Medina, de 51 años, llegó a Miami hace dos semanas con su marido. Primero fueron a Rusia e intentaron encontrar la forma de llegar a EE.UU. El plan fracasó, así que regresaron a Cuba y se dirigieron a la frontera entre EE.UU. y México a través de Nicaragua.
Por ahora, se alojan en casa de la hermana de Medina.
«No podíamos aguantar más. No había nada que comer. Teníamos un pequeño negocio y tuvimos que cerrarlo porque nadie compraba nada», cuenta Medina. «Encima, no podíamos quejarnos ni decir nada, porque iríamos a la cárcel».
«En Cuba se culpa de todo al embargo», dijo. «Pero hay muchas cosas que la propia Cuba no arregla».
A medida que más cubanos se conviertan en ciudadanos estadounidenses, ampliarán un influyente bloque de votantes que históricamente se ha inclinado hacia la derecha.
Algunos de los recién llegados son jóvenes y progresistas en cuestiones sociales como el aborto. Una encuesta de la Universidad Internacional de Florida sobre cubanos publicada en octubre reveló que la mayoría de los cubanos que llegaron entre 2015 y 2022 apoyan a Biden y su gestión de la política hacia Cuba. Alrededor del 64% de esos recién llegados ven a Biden favorablemente.
Pero las anteriores oleadas de emigrantes cubanos, como los que llegaron en la década de 1990 durante la crisis de los balseros, también se inclinaron por los demócratas y finalmente se volvieron republicanos.
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Publicado originalmente por NBC News con el título ‘Historic wave of Cuban migrants will have a lasting impact on Florida‘.
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