El FBI desmantela una comisaría policial encubierta de China en Nueva York
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La estación, situada en el barrio chino de Nueva York, estaba supuestamente dirigida por el Ministerio de Seguridad Pública de Pekín para seguir la pista de disidentes chinos.
Redacción | Primer Informe
El FBI ha detenido a dos hombres acusados de dirigir una comisaría encubierta de la policía china en Nueva York y de utilizarla como base para rastrear a disidentes chinos residentes en Estados Unidos.
La comisaría, en el barrio chino de Manhattan, fue creada supuestamente en febrero de 2022 y operada por el Ministerio de Seguridad Pública de Pekín como parte de una campaña de represión transnacional contra activistas chinos prodemocracia y otros opositores políticos en todo el mundo.
El Departamento de Justicia también anunció el lunes cargos contra 40 funcionarios del MPS y otras cuatro personas por dirigir presuntamente una operación de trol en Internet contra disidentes en Estados Unidos, crear cuentas falsas en redes sociales para acosarlos y reclutar a un empleado de una empresa de telecomunicaciones estadounidense no identificada para que eliminara de la plataforma a un activista prodemocrático. Los agentes, que se cree que se encuentran en China, son presuntos miembros de una unidad del MPS, el «grupo de trabajo del proyecto especial 912», dedicado a la persecución de disidentes en el extranjero.
La supuesta comisaría secreta de Nueva York fue objeto de una redada en octubre, y el lunes por la mañana el FBI detuvo a dos neoyorquinos sospechosos de dirigirla.
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China ha insistido en que la sede de Nueva York y otras oficinas similares en todo el mundo están gestionadas por voluntarios y no están relacionadas con la policía. El martes, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino volvió a negar todas las acusaciones de presencia policial en el extranjero y acusó a Estados Unidos de hacer «acusaciones infundadas».
Breon Peace, fiscal estadounidense del distrito este de Nueva York, dijo que ahora había pruebas de la existencia de vínculos directos entre la policía china y el lugar de Nueva York.
«A tres kilómetros de nuestra oficina, justo al otro lado del puente de Brooklyn, este anodino edificio de oficinas situado en el corazón del bullicioso Chinatown, en el bajo Manhattan, guardaba un oscuro secreto hasta hace varios meses. Una planta entera de este edificio albergaba una comisaría no declarada de la policía nacional china», explicó Peace.
La comisaría prestaba algunos servicios del gobierno chino, como ayudar a renovar los permisos de conducir, pero no se registraba en el departamento de justicia como agente de un gobierno extranjero, según las acusaciones.
«Sin embargo, más preocupante es el hecho de que la comisaría secreta parece haber tenido un uso más siniestro», afirmó Peace. «Al menos en una ocasión, un funcionario de la policía nacional china ordenó a uno de los acusados, un ciudadano estadounidense que trabajaba en la comisaría secreta, que ayudara a localizar a un activista prodemocrático de ascendencia china que vivía en California. En otras palabras, la policía nacional china parece estar utilizando la comisaría para localizar a un residente estadounidense en suelo estadounidense».
Los dos residentes en Nueva York detenidos, «Harry» Lu Jianwang, de 61 años, y Chen Jinping, de 59, también están acusados de obstrucción a la justicia por haber borrado supuestamente pruebas en sus teléfonos de sus contactos con un funcionario del MPS antes de un registro del FBI en la comisaría de Chinatown en octubre del año pasado. Según el Departamento de Justicia, los dos hombres admitieron haber borrado el material de sus teléfonos.
«Es sencillamente indignante que el Ministerio de Seguridad Pública de China piense que puede salirse con la suya estableciendo una comisaría secreta e ilegal en suelo estadounidense para contribuir a sus esfuerzos por exportar la represión y subvertir nuestro Estado de derecho», declaró Kurt Ronnow, director adjunto en funciones de la división de contrainteligencia del FBI. «Este caso sirve de poderoso recordatorio de que la República Popular China no se detendrá ante nada para doblegar a la gente a su voluntad y silenciar los mensajes que no quiere que nadie oiga».
Un grupo español de derechos civiles, Defensores de la Salvaguarda, denunció el año pasado que hay decenas de comisarías chinas en ciudades de todo el mundo, que llevan a cabo labores encubiertas de vigilancia y acoso. Las supuestas comisarías se encontraban en su mayoría en Europa: nueve en España, cuatro en Italia, tres en Francia, dos en Holanda y tres en el Reino Unido, en Londres y Glasgow, donde sus operaciones han sido objeto de investigación policial. Otras tres estaban en Canadá, donde las presuntas operaciones contribuyeron a agravar las crecientes tensiones políticas entre Ottawa y Pekín.
Información de The Guardian.
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