A qué se debe el enfrentamiento entre el Vaticano y China
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El Vaticano se enteró con «sorpresa y pesar» de que el obispo de otro distrito había sido instalado como obispo auxiliar, o asistente, en Jiangxi.
Redacción | Primer Informe
El Vaticano acusó el sábado a las autoridades chinas de violar un pacto bilateral sobre el nombramiento de obispos al instalar a uno en una diócesis no reconocida por la Santa Sede. Un comunicado dijo que el Vaticano se enteró con «sorpresa y pesar» de que el obispo de otro distrito había sido instalado como obispo auxiliar, o asistente, en Jiangxi.
La instalación no autorizada parecía ser una de las violaciones más graves de un acuerdo de 2018 entre el Vaticano y Pekín sobre el nombramiento de obispos. El acuerdo, que algunos católicos han denunciado como una venta a las autoridades comunistas de China, se renovó por última vez por un período de dos años en octubre. Sus detalles siguen siendo secretos.
Jiangxi no está reconocida como diócesis por el Vaticano, según el comunicado, que añade que la instalación no «se ajusta al espíritu de diálogo» que ambas partes habían acordado en 2018. Dijo, sin detallar, que la instalación del obispo, Giovanni Peng Weizhao, siguió a una «fuerte presión de las autoridades locales».
AsiaNews, una agencia de noticias católica, dijo que Peng fue ordenado secretamente como obispo con la aprobación papal en 2014, cuatro años antes del acuerdo, y pasó seis meses bajo arresto en ese momento.
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El Vaticano esperaba una explicación de las autoridades chinas y esperaba que «episodios similares no se repitan», decía el comunicado.
El acuerdo fue un intento de aliviar la antigua división en la China continental entre un rebaño clandestino leal al Papa y una iglesia oficial respaldada por el Estado. Por primera vez desde la década de 1950, ambas partes reconocen al Papa como líder supremo de la Iglesia Católica.
Los críticos, entre ellos el cardenal Joseph Zen, de 90 años, antiguo arzobispo de Hong Kong, han denunciado que ofrece demasiadas concesiones a China.
La declaración del Vaticano se produjo un día después de que un tribunal de Hong Kong declarara a Zen y a otras cinco personas culpables de no haber registrado un fondo, ahora disuelto, para los manifestantes prodemocráticos.
Sólo se han nombrado seis nuevos obispos desde que se cerró el acuerdo, lo que, según sus oponentes, demuestra que no está produciendo los efectos deseados. También señalan las crecientes restricciones a la libertad religiosa en China para los cristianos y otras minorías.
Cuando se renovó el acuerdo por última vez, el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, su principal artífice, dijo que aunque los logros alcanzados desde 2018 «pueden parecer pequeños», en el contexto de una historia conflictiva eran «pasos importantes hacia la progresiva curación de las heridas infligidas» a la Iglesia china.
Información de Reuters.
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