Con drones este peligroso narco colombiano creó un sistema de alerta temprana para eludir la policía
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Organizaciones narcotraficantes recurren a las aeronaves no tripuladas de uso comercial transformadas para darle funciones de vigilancia, transporte de droga y prestaciones ofensivas.
Redacción | Primer Informe
En Colombia, una operación policial de seis años no ha podido capturar a Dairo Antonio Úsuga David. El criminal, conocido con el alias de «Otoniel», es líder de la organización narcotraficante el Clan del Golfo.
El dispositivo de seguridad de Otoniel incluye a campesinos. El narcotraficante los soborna para que sean sus informantes. Y, además de comprar lealtades, también recurre a la tecnología.
De acuerdo con la policía, el personal de seguridad de Otoniel, usa drones para fortalecer sus anillos de seguridad. De esa forma ha complementado un sistema de alerta temprana muy efectivo.
Con esas herramientas, el capo narcotraficante se adelanta a los movimientos policiales. Así lo explicó el general Fernando Murillo, director de Investigación Criminal e Interpol, de la Policía Nacional de Colombia.
El uso de drones está creciendo en las organizaciones narcotraficantes. Sirven como armas para atacar al enemigo y como método de transporte de droga.
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Seis años de Agamenón
El operativo de búsqueda contra Otoniel recibe el nombre clave de «Agamenón«. Desde el 2015, la policía y las fuerzas militares trabajan de forma coordinada para capturarlo. De esa manera han logado victorias contra la organización del Clan del Golfo.
La policía dice que Otoniel tiene tres opciones. Puede entregarse y ser enviado a EEUU. También puede ser capturado o abatido en algún operativo policial. Otoniel tiene en su contra más de 120 procesos judiciales en curso y una circular roja de Interpol.
Se le atribuyen cargos por homicidio múltiple agravado, secuestro múltiple agravado, secuestro simple. Otros cargos en su contra son: porte ilegal de armas de fuego de uso privativo de las Fuerzas Militares y concierto para delinquir.
La Operación Agamenón ha golpeado los componentes estructurales, armados y financieros del Clan del Golfo. Pero todavía no logra capturar al líder.
Han sido abatidos 180 supuestos integrantes de esa organización. Entre ellos, 38 importantes cabecillas e inmediatos colaboradores de segundo y tercer nivel. También han capturado a 4.515 integrantes en 1.646 operativos y 1600 allanamientos.
También han decomisado 428.706 toneladas de cocaína y destruidos 128 laboratorios de producción de base de coca.
De la misma forma han incautado 1.498 armas de fuego de corto y largo alcance y 189.377 cartuchos. Unas 544 granadas de fragmentación y 705 radios de comunicación también han caído bajo control de las autoridades que también han inmovilizado 1.468 vehículos”, acotó.
La dura vida de Otoniel
A finales de 2020, el diario El Tiempo publicó un informe de la Policía de Colombia sobre Otoniel. El reporte daba cuenta de cómo se ha estrechado el cerco a su movilidad.
De hecho, el narcotraficante solo tendría movilidad en un limitado territorio. Se trataría de algunos municipios entre los departamentos colombianos de Antioquia y Córdoba. Su primer anillo de seguridad es de solo 20 hombres. En total, habría hasta 200 personas resguardándolo.
«Su grupo de seguridad ha adecuado muebles rústicos —construidos en madera y paja— donde pernocta en lugares aislados. Está en el mismo punto entre dos y cinco días máximo para evitar ser ubicado por la Fuerza Pública», dice el informe.
Otoniel padece de hipertensión diabetes y problemas en los riñones. Esa condición amerita que reciba constante atención médica especializada. También cuenta con una cadena de correos humanos. Así evita el uso de celulares o Internet.
Con información de El Nuevo Siglo y El Tiempo.
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