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Así son los excesos autoritarios del régimen sandinista en Nicaragua

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Así son los excesos autoritarios del régimen sandinista en Nicaragua

Las actuaciones opresoras del régimen sandinista fueron recogidas en el último informe de Human Right Watch, donde también se describen las nuevas tácticas de Ortega contra la oposición.

Redacción | Primer Informe 

Human Rights Watch (HRW) documentó en un informe publicado este martes, las detenciones arbitrarias, agresiones sexuales, torturas y otras violaciones a los derechos humanos cometidos por el régimen sandinista en Nicaragua entre abril y junio.

El informe coincide con una nueva ofensiva represiva desatada por el régimen de Daniel Ortega. El organismo entrevistó a más de 50 personas que han denunciado hostigamiento continuo, detenciones, procesos penales arbitrarios y abusos “que en ocasiones han llegado a constituir torturas”. 

HRW denuncia la detención de cinco aspirantes a la presidencia, incluyendo a la líder opositora Cristiana Chamorro, quien partía como preferida de los nicaragüenses de cara a las elecciones previstas para el 7 de noviembre. 

Además, han sido detenidos empresarios, activistas, periodistas —entre ellos, Miguel Mora, quien ya había sido apresado en 2018 y en meses recientes había hecho público su interés de aspirar a la presidencia— y tres exguerrilleros considerados héroes de la revolución sandinista. 

Todo el que no comulgue con el sandinismo es acosado

El organismo recoge un patrón similar de acoso. Los críticos al Gobierno son constantemente vigilados y acosados por policías y personas de civil leales al régimen. 

A estas personas no se les permite salir de sus casas y cuando logran hacerlo comienza la persecución.

Se les acusa de “golpistas” o de estar bajo órdenes de “Estados Unidos”. Reciben, además, amenazas constantes y a las personas que han sido detenidas se les advierte que podrían matarlas tras la próxima detención.

HRW también denunció la utilización de una serie de leyes aprobadas por la Asamblea Nacional, controlada por el régimen sandinista, como herramientas de represión.

Se refieren a reglamentos usados para investigar, apresar y condenar a disidentes por casos de supuestos ciberdelitos. También han señalado a otros por incitar a injerencias extranjeras o financiar acciones terroristas contra el Gobierno.

“Los arrestos de prominentes líderes políticos y críticos junto con otras graves violaciones de derechos humanos parecen formar parte de una estrategia gubernamental más amplia para reprimir el disenso, infundir temor y limitar la participación política”, advierte HRW. 

En las condiciones actuales, los nicaragüenses enfrentan obstáculos enormes, y probablemente infranqueables, para el ejercicio de sus derechos de libertad de expresión, reunión y asociación, así como sus derechos a votar y a postularse a cargos públicos en elecciones libres y justas”, agrega el organismo.

Un caso emblemático

El caso de Valesca Sandoval una estudiante que se involucró en las protestas de 2018 y que el régimen sandinista en Nicaragua señaló como una de sus principales enemigas.

Sandoval se había atrincherado con otros estudiantes en el campus de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAM). Allí sufrió el ataque de la policía y grupos parapoliciales fuertemente armados que accedieron con fuerza al recinto para expulsar a los estudiantes rebeldes. 

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El relato de la tortura aplicada por el régimen sandinista

Tras la brutal toma de la universidad, Sandoval, estudiante de 22 años, buscó refugio en Estados Unidos, donde le fue negado el asilo. 

De regreso en Nicaragua, fue forzada a subir a un vehículo policial el pasado abril y trasladada a las celdas de El Chipote, en Managua. Este lugar fue denunciado como centro de torturas del régimen. 

“Dos agentes me llevaron a una suerte de bodega y me ataron las manos al techo con un cable, obligándome a quedar parada con las manos sobre mi cabeza”, ha relatado Sandoval al organismo Human Rights Watch

Un oficial le preguntó qué había dicho en EEUU y otros agentes antidisturbios la abofetearon. También le propinaron puñetazos en el estómago y la llevaron hasta un tanque de agua. 

“Me sumergieron la cabeza en el agua reiteradamente a lo largo de 20 minutos”. Cuando la liberaron, los oficiales le advirtieron: “La próxima vez que te veamos, vamos a matarte”.

Con información de El País.

 

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