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Todo lo que debes saber sobre las vacunas anti-COVID para turistas en EEUU

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Todo lo que debes saber sobre las vacunas anti-COVID para turistas en EEUU

La organización descentralizada de las vacunaciones por cada estado que se ha realizado en EEUU ha difundido mucha información contradictoria sobre la posibilidad de que extranjeros no residentes puedan inmunizarse en ese país.

Redacción | Primer Informe

Estados Unidos encabeza la lista de países que más vacunas  contra la COVID ha aplicado en su población. Con un número que roza los 96 millones de personas vacunadas (casi un 30% de la población), el país avanza hacia una cobertura importante.

La disponibilidad de varias vacunas circulando paralelamente en el país han facilitado los esfuerzos para atender a una gran parte de la población en poco tiempo. Una consecuencia no advertida de ese avance es que muchos extranjeros no residentes que visitaban territorio estadounidense han recibido la vacuna.

Eso ha generado confusión. Las historias corrieron a través de redes sociales: EEUU estaba vacunando a los turistas. Luego corrieron otras historias en las que se decía que severos castigos caerían sobre los turistas que fueran a Estados Unidos solo a vacunarse.

Con el tiempo se ha logrado esclarecer la situación. La realidad es que en Estados Unidos si se pueden vacunar extranjeros no residentes.

Pero, aunque las autoridades de ese país no tienen previsto castigos para quien lo haga, tampoco está alentando a los extranjeros a que vayan a vacunarse contra la COVID. Una cosa está clara: Las vacunas son para los residentes y son ellos quienes tienen prioridad.

El origen de la confusión

Además de las experiencias de turistas que se vacunaron y lo compartieron en redes sociales o con sus conocidos, las declaraciones de funcionarios estadounidenses también han generado confusión.

Por ejemplo, recientemente, el alcalde de North Miami Beach, Anthony DeFillipo, informó a varios consulados que  en su condado se estaban vacunando a los turistas. Poco después se tuvo que retractar.

Y es que las decisiones sobre quién era elegible para ponerse una vacuna le correspondían al Departamento de Salud del estado. Por el momento, Florida las tiene limitadas para residentes del estado o «visitantes temporales».

También confunde el hecho de que en todo Estados Unidos la organización de la vacunación es heterogénea.

El sistema descentralizado

Cuando las primeras vacunas estuvieron disponibles desde finales del año pasado, la administración Trump optó por distribuirlas equitativamente entre todos los estados basados en el tamaño de su población. No se tomaron en cuenta otras particularidades. 

Cada estado, con sus autoridades sanitarias, determina cómo distribuirlas entre la población.

Paralelamente, el Centro para el Control de Enfermedades (CDC), un agencia federal desarrolló un modelo de distribución en el que se dividió a las personas por grupos prioritarios, pero cada estado es soberano y puede plegarse a ese modelo o  no.

El sistema del CDC plantea prioridad  a médicos y personas viviendo en ancianatos.  Luego, individuos con profesiones de alto riesgo (policías, bomberos, enfermeros, etc) y mayores de 80 años. Luego a los mayores de 65 o menores de esta edad, pero con precondiciones.  Y, finalmente, el grupo de personas entre los 17 y los 65.

Pero con las adaptaciones de cada estado a sus propias necesidades o criterios fueron quedando muchos vacíos.

¿Vacunación solo para residentes?

Así, por ejemplo, al comenzar la vacunación en Florida, no exigían prueba de residencia ni verificación del grupo de vacunación.

Pero muchos residentes comenzaron a quejarse de que ciudades como Miami estaban llenas de turistas que iban a vacunarse.

La irritación fue grande. Si bien en EEUU  la vacuna es gratis, los fondos para desarrollarla y para comprar las dosis suficientes salieron de los impuestos de los contribuyentes.

En febrero, el gobernador del estado, Ron DeSantis, sacó una orden ejecutiva en la que exigió que se pidiera prueba de residencia y documentación sobre la preexistencia. Pero otro de los problemas con el que se han enfrentado es el de la verificación de la residencia. Ya que no todo el mundo tiene un documento que pueda probar esos datos lo que hace que una medida así no pueda aplicarse de forma estricta.

También la amplia disponibilidad de la vacuna hace que los centros de vacunación terminen aplicando las dosis que  sobran al final del día a quien se aparezca. De lo contrario, la única opción es desecharlas. Y muchos turistas han aprovechado esta ausencia de controles y huecos en el sistema para obtener la vacuna.

Vacunación sin restricciones

Además, la situación es muy fluida. En los primeros meses del año, la vacunación estaba restringida solo para los residentes de cada estado. Ahora, muchos han levantado esta restricción.

California, Pensilvania, Míchigan, Puerto Rico, Nuevo Hampshire, Maryland, Carolina del Sur, Alabama, Luisiana, Indiana, Iowa, Minesota, Dakota del Sur, Dakota del Norte, Kansas, Colorado, Nuevo México, Nevada y Alaska, vacunan sin distinguir estado de residencia.

El único estado que ha dicho abiertamente que no exige prueba de residencia o legalidad en el país es California. Pero en general se está vacunando a todo el mundo mayor de 17 años, hasta a los indocumentados.

Mientras tanto la demanda cae y mucha gente no asiste a aplicarse la segunda dosis. Este fin de semana, en la Florida, por ejemplo, uno de los centros de vacunación más grandes en el área de Miami tenía listas 400 vacunas y solo se presentaron 75 personas.

Con información  El Tiempo.

 

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