Un nuevo cartel disputa las rutas de la cocaína en la frontera colombo-venezolana
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Al menos tres grupos armados al margen de la ley están en guerra por un vasto territorio y ponen en peligro a miles de civiles que se ven forzados a desplazarse.
Redacción | Primer Informe
La violencia aumenta en el área metropolitana y rural de Cúcuta, ciudad colombiana fronteriza con Venezuela.
Desde diciembre de 2020, varios sectores han alertado sobre los peligros que sufren civiles las disputas entre grupos armados. Y es que un nuevo actor violento se ha sumado a la lucha territorial de los carteles.
Durante los primeros días de enero, la Policía capturó un alias Aquiles, un hombre de confianza de Otoniel, el jefe del cartel del Clan del Golfo.
El narcotraficante capturado estaba gestando alianzas con la desarticulada estructura los Rastrojos en Norte de Santander. La finalidad de esa unión es confrontar al otro grupo criminal denominado los Pelusos y retomar las rutas ilegales hacia Venezuela.
“Desde los Llanos Orientales se encuentra articulando un plan de consolidación del Clan del Golfo en Cúcuta y como eje principal del narcotráfico en la región del Catatumbo y la frontera con Venezuela”, dice un informe de la Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional de Colombia.
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Violencia sin control
La situación de violencia creciente en Cúcuta se suma a lo que sucede en la región del Catatumbo, que contiene territorios considerados como uno de los cónclaves más importantes del narcotráfico.
En la zona no solo se produce gran cantidad de droga. También es la ruta principal al tener salidas hacia Venezuela y el Caribe colombiano. Toda la zona es de alto riesgo para la ciudadanía.
La frontera es totalmente permeable y los grupos narcotraficantes transitan de un lado a otro según les convenga.
Los Rastrojos, organización nacida del cartel del norte del Valle, se encuentra debilitada por las capturas que ha realizado la Fuerza Pública contra sus importantes miembros.
Fuentes policiales explicaron a El Espectador que de al menos 700 hombres que los Rastrojos tenían , hoy solo quedan cerca de 80. Los ataques del ELN también han contribuido en esa debacle.
Sin embargo, no es la primera vez que hombres de Otoniel hacen presencia en la capital de Norte de Santander y sus municipios circundantes.
En noviembre de 2017, cuando alias Inglaterra murió durante un operativo policial en Chinácota, se supo que sus hombres se movían entre Cúcuta y Zulia (Venezuela).
Con información de El Espectador.
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