ANÁLISIS: La doble estrategia del control chavista en 2021
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La dictadura venezolana prepara todo un entramado político y judicial para eludir completamente su responsabilidad sobre la debacle del país y la crisis humanitaria.
Redacción | Primer Informe
El chavismo comenzó 2021 con una reconfiguración de sus fuerzas. Luego de las fraudulentas elecciones celebradas el pasado diciembre, el régimen de Nicolás Maduro logró instalar una Asamblea Nacional que es ilegal pero está bajo su control.
Con esa fachada de legitimidad democrática, la dictadura venezolana planea avanzar en la eliminación de toda disidencia. El mensaje detrás de los cuestionamientos a la legalidad de su poder no será tolerado.
El politólogo Ricardo Sucre, analizó para el portal La Gran Aldeaeste tema. Lo primero que nota Sucre es el papel discreto que las familias más poderosas del régimen toman en los primeros momentos.
Representantes de los clanes Maduro-Flores y Cabello están presentes en el ilegítimo parlamento. Pero por ahora, no ocupan los principales roles de dirección.
La presidencia del parlamento chavista fue encomendada a Jorge Rodríguez, quien hasta el año pasado fue ministro de Comunicación de Maduro.
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Precisamente en ese personaje se encarna la dualidad de la estrategia de control chavista en 2021.
Por un lado, el régimen, supuestamente, quiere que su AN sea un espacio de la unión nacional. Pero al mismo tiempo, se convierte en la avanzada de una ola represiva.
En ese rol, Jorge Rodríguez encaja perfectamente. Ha encabezado los inútiles diálogos con los sectores democráticos. Pero a la vez, desde distintos roles, Rodríguez ha sido la cara visible de la maquinaria de persecución política chavista.
Falso diálogo y persecución
En la sesión del pasado 7 de enero esa duplicidad se manifestó en las instancias conformadas.
Rodríguez anunció la creación de la comisión para el diálogo. A la vez, también informó de la “Comisión Especial para la Investigación de Acciones Perpetradas contra la República”, resume La Gran Aldea.
El politólogo considera que la comisión del chavismo también está intentando usar la persecución política como una manera de librarse de responsabilidades.
“Hay una cabeza que cortar en la oposición y es la de Guaidó. Están trabajando en una narrativa para que la gente no los culpe», dijo Sucre a La Gran Aldea.
El chavismo quiere que la responsabilidad de la destrucción del país que el mismo régimen ocasionó recaiga sobre la AN de 2015 y, muy especialmente, en Juan Guaidó.
Ya esa posición excluye a una gran porción del espectro político venezolano de cualquier intento de diálogo.
Pero el control chavista en 2021 también va dirigido a mantener a raya a la falsa oposición que convalidó el ilegal parlamento chavista.
Por ejemplo, el diputado de Avanzada Progresista, Luis Augusto Romero, se salió del libreto trazado por el régimen pidió que la Comisión de Diálogo evaluara los casos de los presos políticos como señal de reconciliación.
Inmediatamente Rodríguez, como director del debate que se escenifica en el Hemiciclo, le quitó el derecho de palabra indicando que su intervención no estaba pautada en “el orden del día”.
El diálogo nacional parece dirigido, principalmente, a los sectores económicos con los que el Gobierno aspira a aumentar sus ingresos. Pero en cuanto al punto de convivencia política, nada cambiará en Venezuela.
Con información de La Gran Aldea.
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