Las amenazas de Baltasar Garzón a Cabo Verde para liberar a Álex Saab
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El líder el equipo defensor del llamado testaferro de Maduro reconoció la participación del empresario en los esquemas de importación que sostienen el programa de control social conocido como CLAP.
Redacción | Primer Informe
Las amenazas de Baltasar Garzón a Cabo Verde volvieron a repetirse cuando se cumplen seis meses de prisión de su defendido, Álex Saab.
Garzón, en una entrevista con El Espectador, denunció una serie de supuestas irregularidades en el proceso que se sigue en contra de Saab.
Según el ex juez, la acusación del Tribunal de Distrito del Sur de Florida se basa en pagos hechos con tarjeta de crédito. Eso, según él, no constituye la base «para ninguna acusación significativa de lavado de dinero».
Pero en realidad, la solicitud de extradición finalmente se hizo por el cargo de conspiración para cometer lavado de dinero. Eso, para Garzón es una irregularidad pues solo un juez puede determinar esta rebaja en los cargos.
Lo que no dice Garzón es que la propia Justicia estadounidense fue la que hizo el cambio en la solicitud. Lo hizo en respeto al ordenamiento legal caboverdiano que solo admite gestionar una extradición en observancia con un cargo en específico.
Al contario del acatamiento que las normas de Cabo Verde que han tenido las autoridades estadounidenses, Garzón pretende desconocer la soberanía de la nación insular.
El defensor de Saab, sostiene que el Gobierno y la Justicia caboverdianos tienen que acatar los dictámenes del tribunal de la Comunidad de Estados de África Occidental (CEDEAO). Esa instancia revisa casos en los que se presume la violación de DDHH.
Nuevas amenazas
Para el abogado, todas las determinaciones del tribunal de la CEDEAO son vinculantes. Pero Cabo Verde nunca ratificó el protocolo de la creación de la CEDEAO. Entonces, legalmente no debe ninguna obediencia a los dictámenes de esa corte.
Aún así, las amenazas de Baltasar Garzón se mantienen. «El ministro y el fiscal deberían pensarlo bien y no tardar en solicitar la libertad del señor Saab», dijo.
Las «advertencias» de las consecuencias por no liberar al testaferro han sido un tema recurrente en los argumentos de Saab y sus abogados.
Al contario, el lavado de dinero está contemplado en la Convención de Palermo, un instrumento del ámbito de Naciones Unidas para lidiar con el crimen organizado trasnacional.
La Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional fue suscrita originalmente en diciembre del año 2000 en la ciudad de Palermo, Italia.
Tanto Estados Unidos como Cabo Verde ratificaron el acuerdo en 2005 y 2004, respectivamente. Lo que quiere decir que constituye un marco jurídico que blinda la extradición de Saab solicitada por la Justicia norteamericana.
Saab y los CLAP
Garzón sí admitió que cuáles eran sus funciones de Saab como supuesto «enviado especial» chavista. Dijo que a su representado se le asignó la tarea de adquirir los alimentos básicos para las necesidades del pueblo de Venezuela.
Ese se enmarcaba en «una serie de programas de bienestar social». Es decir, el programa CLAP. Esa iniciativa ha empleado la restricción en el acceso a los alimentos como una herramienta política. Ha sido una forma de doblegar la resistencia de la población hacia el régimen por medio del hambre.
Además, Garzón dice que Saab estaba en una «misión especial humanitaria a Irán. Lo que mantiene el chavismo con el régimen de Irán es una complicada relación de cooperación que constituye una amenaza al hemisferio occidental.
Teherán envía a Venezuela armamento, gasolina, alimentos. A cambio se lleva el oro. También el mineral torio que tiene posibilidades de uso para la obtención de energía nuclear.
Con información de El Espectador.
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