Nuevo presidente boliviano no quiere a Evo Morales en el gobierno
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Las acusaciones y los escándalos en los que se ha visto envuelto el expresidente lo han convertido en un paria dentro de su propio partido.
Redacción | Primer Informe
El nuevo presidente boliviano, Luis Arce, a pesar de formar parte del Movimiento al Socialismo (MAS) y haber recibido la aprobación de Evo Morales, ha marcado distancia con el líder cocalero.
El mandatario electo el pasado domingo es enfático al señalar su independencia con respecto al expresidente.
«…lo he dicho muchas veces: no soy Evo Morales. No soy Evo Morales», dijo Arce en una entrevista con BBC.
Arce resalta que no sabe cuando va a volver al país el expresidente que hoy se encuentra refugiado en Argentina, a donde huyó tras las denuncias del fraude electoral denunciado por la oposición boliviana hace un año. Morales tiene varias acusaciones, incluso una por pedofilia, esperándole en su país.
Arce, sin embargo, tiene claro que rol podría jugar el cuestionado Morales en la nueva etapa de Bolivia.
«Dijimos que teníamos que tener renovación en el MAS, para la gente joven. Si Evo Morales quiere ayudarnos, será muy bienvenido. Pero no significa que Morales estará en el gobierno. Será mi gobierno. Si quiere volver a Bolivia y ayudarnos, no hay ningún problema».
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Arce planteó una apertura política en el país: «…lo que vamos a hacer con la gente [que duda] es que trataremos de hablar con ellos y trataremos de construir algunos puentes entre lo que quieren hacer y lo que necesitamos hacer, para superar todas estas crisis»
Arce, fue ministro de Economía en Bolivia durante once años y logró que la economía creciera de manera sostenida al mismo tiempo que redujo la pobreza. Su gestión apuntó a crear una economía próspera, con alta capacidad de consumo y alto desarrollo empresarial.
Los escándalos que han rodeado últimamente a Evo Morales lo han distanciado de la dirigencia de su partido que valora al ex presidente como una influencia negativa para el MAS.
Fernando Mayorga, sociólogo que ha estudiado la carrera política de Evo Morales, asegura que su igmagen está cuestionada y debilitada entre sus antiguos partidarios.
La imagen del Morales es un lastre para su partido y se le reprocha que no haya sido capaz de dar alguna explicación pública para los delicados señalamientos en su contra, que surgieron al calor del período de transición en Bolivia.
Mayorga explicaba en un análisis este año que el silencio del expresidente ante los recientes escándalos eran un error que luego se manifestaba en el apoyo popular a él y a su partido, el MAS.
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