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Análisis: La censura digital en Venezuela golpea a todos los medios, incluyendo Primer Informe

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Análisis: La censura digital en Venezuela golpea a todos los medios, incluyendo Primer Informe

Primer Informe ofrece este análisis sobre la censura digital de Venezuela, luego que el gobierno ordenara esta semana bloquear el acceso a nuestro portal www.primerinforme.com desde territorio venezolano. ¿Qué teme el gobierno?

Oscar Schlenker |Deutsche Welle

Ningún año vio tantos atropellos a la libertad de expresión en Venezuela como 2019, según el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS). Las violaciones a la libertad de expresión estuvieron marcadas por la nueva coyuntura política que representaba Juan Guaidó. Ahora, 2020 podría ser aún peor en medio de la pandemia, ya que la censura va en aumento y no solo persigue a los políticos de oposición, sino a cualquiera que contradiga el imparte oficial del chavismo sobre la COVID-19 en Venezuela.

A inicios de 2020, el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, tenía una clara misión para recobrar la confianza de la oposición. El movimiento opositor se vio frustrado al no haberse cumplido el llamado «cese de usurpación» de Nicolás Maduro, el primero de tres pasos seguidos por un Gobierno de transición y elecciones libres para lograr un cambio democrático en Venezuela. La estrategia requería de movilizaciones de calle y protestas, pero el mensaje no llegó con eficacia a todos los rincones del país. Mientras la autocensura de muchos medios evita informar las noticias relevantes a Juan Guaidó, la censura y los bloqueos de portales web por instituciones del Estado fieles al chavismo dificultan aún mas que se difundan los mensajes de la oposición.

El proyecto VeSinFiltro monitorea el internet en Venezuela para determinar los portales que son bloqueados de forma indefinida. Su director, Andrés Azpurua, explica a DW que la censura la aplican principalmente a los portales de prensa independiente y a las páginas web de la oposición. «Esta censura suele llevarse en dos niveles», dice Azpurua: «El primer nivel es una censura permanente y esa es la que se le aplica a sitios web de noticias por bloqueo DNS, que es una medida bastante básica. El segundo nivel lo conocimos en 2019 cuando vimos casos graves de manipulación de tráfico y el advenimiento de un nuevo tipo de censura puntual, para bloquear una noticia especifica en un momento especifico, por ejemplo, los bloqueos a YouTube cuando Juan Guaidó emitía una transmisión en vivo».

El Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) coincide en que en 2019 surgieron nuevas modalidades de censura. En su informe anual lo denominaron «Autoritarismo Digital», ya que la investigación demostró que las 191 alertas de restricciones a los derechos digitales vinieron directamente desde el Estado. La directora de IPYS en Venezuela, Nela Balbi, detalla a DW que «las violaciones a las garantías en la red comprendieron restricciones de acceso a internet, ataques a los servidores de portales informativos y acciones intimidatorias hacia periodistas, bloqueos a portales de noticias y plataformas de redes sociales«, entre otras.

Efecto Guaidó censurado

Para inicios de 2019, la censura sistemática del Estado había cerrado, en 5 años, 115 medios tradicionales, obligando a varios emprendimientos periodísticos a migrar hacia internet. Con los medios independientes y los periodistas también migraron las audiencias con acceso a internet. Así que no fue sorpresa ver por las redes sociales y no por televisión el momento en el cual Juan Guaidó se juramentó como presidente interino de Venezuela. Aun así, la noticia se difundió atravesando la división digital y apoyándose del boca a boca. El «Efecto Guaidó» recobró la esperanza de un movimiento opositor que estaba dividido y lo unificó en gran parte por las redes. El discurso sencillo y con una estrategia clara se difundió rápidamente por las redes. Uno de los primeros objetivos era hacer llegar a Venezuela la ayuda humanitaria para atender la crisis de alimentos y medicinas.

Andrés Azpurua recuerda que uno de los primeros bloqueos sofisticados en 2019 fue al portal desarrollado para inscribir voluntarios a la causa de Juan Guaidó para distribuir la ayuda humanitaria que llegaría en febrero. Quienes comenzaron a ingresar al portal www.voluntariosxvenezuela.com al momento de su anuncio, acabaron ingresando a un portal distinto, pero con el mismo nombre y el mismo registro donde quedó almacenada la información personal de quienes se inscribieron. «Era un ataque muy sofisticado de phishing«, explica Azpurua. «Esta tecnología lo más probable es que haya sido comprada afuera, en el mercado internacional. Los países deberían tener controles de exportación de esos materiales».

El politólogo John Magdaleno aclara, en entrevista con DW, que la censura es de esperarse en todos los regímenes autoritarios, algunos más que en otros. En Venezuela, dice Magdaleno, la censura ha funcionado como estrategia contra Juan Guaidó, porque «la oposición tiene cada vez más dificultades para hacer llegar su mensaje nacionalmente», explica Magdaleno. «Este es un problema serio que no ha podido ser resuelto en el corto plazo. El Estado interfiere en la libre formación de la opinión pública. No hay una opinión pública autónoma propiamente, sino que está sujeta a la intervención estatal y a las restricciones que imponen las instituciones estatales cuando no intervienen las comunicaciones», agrega. Aunque las restricciones a la libertad digital y comunicacional en Venezuela han influido en el fracaso para alcanzar las metas de la oposición, Magdaleno dice que las fallas de Juan Guaidó se sitúan principalmente en la estrategia política.

Pandemia a oscuras

El repunte político de Juan Guaidó tras su gira internacional a principios de 2020 ha sido opacado por la pandemia de la COVID-19. Aún así, la censura y los atropellos a la libertad de expresión se han agravado y la persecución del Estado ahora no solo es política. Aunque el Gobierno de Nicolás Maduro presenta periódicamente cifras oficiales, hay «claras conductas de autoritarismo y opacidad hacia los medios, periodistas y fuentes informativas, y el control férreo de la información», dice Nela Balbi de IPYS. «En apenas dos meses de confinamiento han ocurrido 14 detenciones arbitrarias a trabajadores de prensa«, añade.

En VeSinFiltro coinciden ya que «casi toda la prensa independiente ha sufrido bloqueos en medio de la pandemia», explica Andrés Azpurua. Pero no solo es la prensa la que sufre bloqueos. Desde la Asamblea Nacional –específicamente en la Comisión de Expertos de la Salud designado por Juan Guaidó– han surgido iniciativas digitales para informar sobre la pandemia. Según VeSinFiltro, actualmente existen 8 bloqueos distintos hacia la Asamblea Nacional y los portales para informarse sobre la COVID-19 que promueven o desarrollan desde la oposición.

Informarse en Venezuela se ha convertido en un acto de rebeldía y más aún durante la cuarentena por la COVID-19. La pandemia toca en Venezuela en medio de una crisis humanitaria compleja, una crítica escasez de gasolina y una crisis política que no parece acabar. Cualquier noticia que perjudique políticamente al chavismo está sujeta a bloqueos y persecución del Estado; ahora más que nunca. Según Balbi, esto se debe a que nos «encontramos con una sociedad silenciada, donde existen verdaderos desiertos informativos que impiden que se conozcan los hechos noticiosos que suceden en las localidades, con periodistas amenazados y en prisión, y con una información oficial unidireccional, vertical y sin posibilidad de contrastar o confirmar».

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